Alguien dijo que para ser creativa debería estar siempre preparada... que la inspiración no esperaría a que llegara a casa y encendiera el ordenador, y entonces aparecieron los smartphones, así es como tengo el móvil a tope de fotos y notas pero he de confesar que sigo llevando mi libreta de bolsillo con rayajos, horarios en clave y bocadillos con asteriscos de ideas para desarrollar... mi post de hoy sale de esa libreta en plena sesión de cine con "La edad de la inocencia", donde Scorsese da a las flores no solo importancia estética sino que las lleva a otro nivel, al de la expresión, recurre al lenguaje no verbal para reafirma el dolor, la pasión, el cariño o la seducción mediante las flores.
Regalar flores es algo tan clásico y cotidiano que seguramente alguna vez habréis recibido o regalado una flor, o quizá estáis como muchas de las novias inmersas entre Pinterest, Instagram y blogs de bodas para encontrar el ramo o la decoración de ese inolvidable día. Internet está plagado de páginas con significados y referencias de flores y colores, pero más allá del glosario, para mí cada pieza, sea un ramo de flores, una composición para la entrada de casa o las flores del día de tu boda son la expresión de un momento único, mi mejor consejo si no quieres caer en la cotidianidad y en los trabajos florales prefabricados es que seas absolutamente sincera, sólo tú sabes que sientes, lo que te ilusiona, tus gustos y personalidad. Este es el principio para cualquier diseñador floral y el único para poder usar con acierto nuestra paleta de colores con perfume y textura y crear toda una obra de arte.
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